miércoles, 9 de junio de 2010

Conciencia...

un atisbo de moral, una realidad distorsionada pintada con acuarelas. Una figura borrosa tras el cristal de tus ojos que no puedes ver, que sólo intuyes porque puedes oír su silencio, oler su pureza, tocar su existencia, observar su invisibilidad. No es más que una sombra recortada por el sol de mediodía que a una hora tardía vuela con las palomas.
¿Puedes oír su susurro? Te está llamando desde el otro lado de tu mente buscando en tu subconsciente una huella de inocencia que pudiera haber dejado el viento. Envía una brisa marina para despertar tus sueños, con su olor a sal y a besos de una ninfa doncella. Sabrás que es ella cuando durmiendo una voz te hable del tiempo y del vuelo de mil aves...

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